Se que quizás no soy la que buscas, no soy rubia y no tengo ojos verdes. No soy alta, en realidad ni siquiera lego al metro setenta, aunque con tacones altos puedo sobrepasarlos. Lloro demasiado, pero soy tan divertida en ocasiones que te dolerá cada centímetro del cuerpo de tanto reirte.
Tengo una risa tan vital que cuando la oigas estarás siempre al acecho para oírla otra vez. No se dibujar, y núnca me han enseñado a sonreír, tuve que aprender sola. Soy incapaz de estarme quieta, hablo demasiado y me enfado muy deprisa, aunque también se me pasa muy rápido. Lo que puedo prometerte es que no te aburrirás conmigo, te volveré loco y querrás salir corriendo de lo pesada que me pongo a veces. También te darás cuenta, con el tiempo, de que soy algo caprichosa y quejica, y soy un poco coqueta también. Canto en la ducha y escribiré tu nombre en la arena todos los veranos, incluso aprovecharé que te duchas para aprovechar el vaho y dejarte cartas de amor en el cristal. No te prometo que nos vaya bien, pero pondré toda mi alma en que lo nuestro funcione. No habrá vuelta atrás. Si te ves con ganas de tomar esta decisión, adelántate yo te agarraré de la mano y prometo no soltarte a pesar de los vientos huracanados y tormentas de nieve que podamos encontrarnos por el camino.